La agricultura es el factor de intervención más importante en los ecosistemas en los que producimos alimentos. Las acciones realizadas por el hombre a la hora de producir alimentos generan una fuerte presión de selección sobre los sistemas.
Como a lo largo de la historia, en los últimos años el resultado de ejercer una presión de selección constante y reiterada fue la selección de tolerancias y la generación de resistencias. Mantener los factores de presión de selección o generar nuevos factores pero volver a reiterarlos nos conducirá a una nueva selección de tolerancias y generación de resistencias.
Además, en el caso de las malezas, el proceso de invasión de un ecosistema (a distintas escalas) ocurre en tres fases que transcurren a dos tasas bien marcadas. La primera fase de invasión ocurre a baja tasa y con un avance lineal. Sin embargo, este proceso tiene un punto de quiebre, variable entre especies y ecosistemas (en el ejemplo graficado se produce alrededor del año 20), a partir del cual la pendiente se torna exponencial. En la etapa –lineal y lenta– del proceso, las acciones de control son eficientes y “baratas”. En la segunda etapa en que la tasa de avance se torna exponencial, las acciones son de baja efectividad y alto costo.